lunedì 4 settembre 2017

“Casi no sé de quién son estas manos,
las manos que acarician tus mejillas(...)”
J.R. Wilcock


Desconozco cada centímetro de este cuerpo
porque todo, todo, lo entregué al viento
para que trajera tu perfume hasta aquí.

Las tardes urbanas trajeron mensajes oceánicos
y el tiempo ralentizó ante mis ojos;
¿quién eres tú, que pronuncias mi nombre?

La ignominia esparcía sus chispas
en estas cuatro paredes,
que ahora están llenas de ti.

En la intimidad busco tu rostro,
inaccesible:
son tan humanas estas manos;

y la generosa escarcha que rodea tu figura
cubre la desnudez que devora mis miedos;
¿quién eres tú, que pronuncias mi nombre
y haces florecer mis laberintos?

a G. P.



Anaida Sanguino Cárdenas

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