domenica 11 giugno 2017







Mi lengua nació salvaje
y resistió al borde
de un río bravo.
Mi cuerpo vivió desnudez
sin cubrir la ultramar vergüenza
o la humana vulnerabilidad.
Mis ojos vieron lunas y soles 
de otros cielos
morir y renacer día tras día.
¿Donde escapar?
¿Donde reencontrarme?






Desnuda me arrojo
al mar de la noche
que me reviste
con luces de velas.
Desde mi trono
veo el tiempo
nacer y morir:
¿acaso no soy Dios?




Mirar el ocaso en la llanura
resplandecer y ocultarse,
y detener el tiempo
en un respiro.

Confinar la algarabía
en celdas de cristal,
y quedarse con la quietud
del silencio nocturno.

Contemplar en el firmamento
la palabra que no ha nacido,
y en un lágrima
todo el mar.

                                                                     a  E. Butti


 Dirigí la mirada al abismo del azar
                                                      y perdí el miedo





Boca de agua. Tu boca de agua me persigue por doquier.
Mis sueños sueñan bocas de agua idénticas a la sime-
tría de la tuya.
Dormida percibo tu boca de agua rozar mi boca seca
con respiros de papel. Y gimo en la oscuridad con la
voz adormecida que hiere el silencio nocturno.
Tu boca de agua hace agua la mía, y me avienta
pétalos que desvanecen a mitad de camino.
Y si un pétalo alcanza mi boca,
hará eterna mi memoria.

sabato 10 giugno 2017




La distancia resulta inconmensurable, hasta irrisoria,
cuando lejos de hallar un lugar
hallamos un no lugar.
Tanto es el camino; tantas las combinaciones;
degustamos, elegimos, persuadimos al rostro del espejo
con palabras infladas
y sonreímos porque, en el fondo, creemos real la falacia.
Somos acróbatas que caminan entre resquicios
evitando caídas;
en los pies y en las manos llevamos la sentencia.
Intentamos procrear miniaturas de yoes por pura vanidad
y los presentamos al mundo amordazados y sonrientes.
Besamos bocas ebrias al azar
cuando nos sentimos sexualmente poderosos,
y terminamos teniendo sexo doloroso
o masturbándonos en la soledad de nuestros cuartos.
Soñamos despertar entre sábanas blancas y suaves
con el corazón colmado de alegría;
despertamos frenéticos en nuestra rutina,

convencidos de que ya es tarde.


Impasible el tiempo anterior a ti, a mí,
siempre muestra su rostro muerto;
siempre, siempre, perfora la epidermis
con el desgastado pretexto de odiar
la mortalidad.
Vencer su inexorable instinto
es proeza de ojos fascinados
por la infinidad del cielo y de la mar
éter de la tierra.
El tiempo anterior a ti, a mí,
siempre deja huellas en el agua;
siempre, siempre, abrevia la solemnidad del sueño
a la infamia de la realidad.
El tiempo anterior a ti, a mí

siempre.



La noche viste cuerpos
de luz antigua;
besa frentes prodigiosas
que se adelantan al tiempo.
La noche inscribe en el aire
el silencio-enigma,
y se contempla en el vacío imperial
de oídos sumergidos
en el tibio caldo
de la palabra promiscua.